31.12.15
Lima, Perú
Dieguito querido:
A penas supe que te escribiría esta carta sentí ese estremecimiento que empieza por debajo del vientre y luego se expande por toda la piel; como si estuviera a punto de encontrarme con alguien que alguna vez fue tan cercano que hubiera podido reconocer su presencia solo por el aroma natural de su cuello, pero que ahora se ha convertido en no más que un recuerdo borroso.
Quisiera contarte tantas cosas, pero solo me limitaré a darte algunos consejos generales; espero que estés lo suficientemente abierto para tomarlos, aunque creo recordar cuáles son las preocupaciones que ahora agobian tu mente.
Estoy sentado frente a nuestra computadora de siempre, en nuestro cuarto de siempre, y si estuvieras aquí a mi lado podrías pensar que nada ha cambiado después de un año, nada más que estas colchas azules y el poster de la nueva película de Dragon Ball. Pero la verdad, Dieguito, es que muchas, muchas, muchas cosas han cambiado.
Sé que esta noche has quedado con los chicos del barco en ir a una fiesta; sé también que por dentro guardas una sutil esperanza de conocer a alguien especial, o por lo menos de pasarla bien con alguien (sabes a lo que me refiero). Pero no pierdas el tiempo; ella no está allí. En lugar de frustrarte por las cosas que no conseguiste este año, te recomiendo que esta noche disfrutes cada segundo con tus amigos, porque alguno de ellos ya no está aquí y quizás sea la primera y última vez que celebran juntos el año nuevo. Tampoco te me bajonees por no tener a una chica a tu lado, tú y yo sabemos que en el estado en el que te encuentras no le convienes a nadie; pero tranquilo, eso es solo cuestión de tiempo. Quién sabe si este sea tu último año nuevo como soltero. Sólo pásala bien y sé sabio, porque ser inteligente no basta.
Estás a solo veinte días de cumplir uno de los sueños más locos de tu vida. ¡Te vas a Japón! Quisiera contarte tantas cosas sobre ese viaje… pero me contentaré con decirte: ¡NO DUERMAS! Mantén los ojos abiertos y registra todo: toca, respira, prueba; te juro que esa experiencia te trastornará el cerebro y nunca más serás el mismo. No sabes lo que daría por ser ser tú otra vez y volver a ver esos rostros amigos que dejé en el mar y ahora me llenan de nostalgia.
Pero si crees que ese viaje será la máxima experiencia del año… ay papá, no sabes lo que te espera. Podría resumirlo en que cosas que esperaste por años y ahora te parecen imposibles de alcanzar, en el 2015 Dios las hará realidad en cuestión de meses. Te preguntarás cómo, si ahora te sientes tan perdido espiritualmente…Bueno, tú y yo sabemos que su amor siempre nos trae de vuelta a casa.
El 2015 ha sido para mí y será para ti un año transformador. Tendrás que tomar decisiones y asumir riesgos que parecerán más grandes que tú. En el camino escucharás muchas voces negativas y tendrás ganas de salir corriendo, pero la voz de la verdad, esa que habita dentro tuyo y que ahora parece lejana, te guiará de la mano y a cada paso. Pero también habrán hermosas voces que te animarán a seguir adelante, gente que desde todo el mundo se unirá para ayudarte a alcanzar un gran sueño. ¿Te imaginas cantando en televisión nacional? ¿Te imaginas saliendo a la calle y que la gente te salude, te pida fotos y te ruegue que grabes un disco? No, no lo imaginas. Y es que la promesa se cumple: “...que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.”
Atesora en lo profundo de tu alma todos los momentos posibles, porque al final de nuestros días la vida se resumirá en cada segundo que seamos capaces de recordar.
¡FELIZ 2015!
PD: Siento que estoy olvidando contarte algo muy importante... Intentaría recordar pero ya es tarde y tengo que arreglarme porque ahorita llega mi enamorada.